La tradición oral de la antigua China (siglos III a V a.C.), rica en relatos misteriosos y fascinantes, es escenario de una relación única entre lo natural y lo sobrenatural. Las fuerzas invencibles de la naturaleza y los seres fantásticos de su mitología reproducen la agónica lucha entre el bien y el mal e irrumpen en la vida cotidiana provocando sucesos extraordinarios, terroríficos, maravillosos. Dragones. Estas criaturas míticas divinas representan para los chinos la abundancia, la prosperidad y la buena fortuna. Son bellos, amigables y sabios y conjuran espíritus malignos errantes... No obstante, su poderosa presencia suscita el miedo a lo extraño, lo oculto, lo indescifrable. El maestro de esta historia adoraba a estas fabulosas criaturas, hasta que una espantosa noche...