Cada vez que los hablantes del portugués quieren dar algo por terminado dicen Inês é morta (Inés está muerta). Esa expresión viene de la famosa historia de Inés de Castro, que nació en Galicia entre 1320 y 1325 y fue asesinada en Coimbra en 1355. Muchos narraron la saga de esta mujer que, recién llegada a Portugal como dama de la futura reina doña Constanza, se enamoró del príncipe Pedro y fue inmediatamente correspondida. En una época en la que no se escogía a quién amar, menos aún en el mundo de la monarquía, los dos fueron obligados a mantener escondida su pasión».