Era el día de Ir y Venir.
Todo el mundo iba o venía de algún lugar.
Durante miles de años los seres humanos habían sido nómadas.
Habían seguido los ritmos de la tierra, el recorrido del sol y la danza del tiempo.
Habían aprendido a conocer las hierbas y a oler la llegada de la lluvia.
Habían viajado por todos los rincones del mundo, navegado por los ríos y dormido en las colinas.