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Literatura latinoamericana

EL CAZADOR DE HISTORIAS

El siglo XXI no está resultando ser un gran siglo. Los abusos de un sistema formado por ricos cada vez más ricos y jodidos muy jodidos están a la orden del día. Siguen soñando las pulgas con comprarse un perro y los nadies con salir de pobres. En esta obra, que terminó un año antes de morir, Eduardo Galeano sale a cazar en esa jungla para mostrarnos con crudeza, con humor, con ternura el mundo en que vivimos, desnudando ciertas realidades que, pese a estar al alcance de la mano, no todos llegan a ver.
$ 88,000

2 Disponibles

GALEANO, EDUARDO

Editorial:
SIGLO VEINTIUNO EDITORES
Materia
Literatura latinoamericana
ISBN:
978-958-665-403-6
Páginas:
272
Idioma:
Español
Cubierta:
Tapa Blanda con Solapas
 

Sinópsis

El siglo XXI no está resultando ser un gran siglo. Los abusos de un sistema formado por ricos cada vez más ricos y jodidos muy jodidos están a la orden del día. Siguen soñando las pulgas con comprarse un perro y los nadies con salir de pobres. En esta obra, que terminó un año antes de morir, Eduardo Galeano sale a cazar en esa jungla para mostrarnos con crudeza, con humor, con ternura el mundo en que vivimos, desnudando ciertas realidades que, pese a estar al alcance de la mano, no todos llegan a ver. Pero, como sugiere su título, El cazador de historias devela también al narrador que acecha detrás de todos los relatos.

Y así, aunque siempre fue reticente a hablar de sí mismo, Galeano cierra este libro con un puñado de bellas y poderosas historias que sorprenden tanto porque ofrecen pistas de su biografía, de sus años de infancia y juventud, de los primeros viajes por América Latina, de las personas que marcaron su vida y su escritura, como porque expresan sus ideas sobre la muerte. Lejos de cualquier lamento, con el puro impulso de la curiosidad y la imaginación, se pregunta cómo será el final, qué deseos, afectos o necesidades aparecerán entonces. Eduardo Galeano creó una obra que no pasó inadvertida, que culmina con este libro. Varias generaciones la han leído con fruición y seguramente seguirán haciéndolo, porque algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende