Sylvie se despierta una noche, de repente, sin saber por qué y ve el espectáculo más impresionante de su vida: un par de alas, de enorme tamaño, hechas de las más suaves plumas blancas que nadie pueda imaginarse. Un ángel en su habitación, un ángel de nieve. Él le explica que ha venido para cuidarla, porque Sylvie no está tan sana como aparenta... Meses después, mientras Sylvie se recupera de su enfermedad, anhela ver de nuevo a su ángel, porque, después de todo, él le salvó la vida. Hay tanto que quiere contarle, tanto que quiere saber. ¿Volverá alguna vez? Y ¿cómo puede Sylvie asegurarse de que todos sus seres queridos tengan su propio ángel de la guarda, para mantenerlos a salvo también?